Se acaba Bangkok. Hoy dormimos la medio resaca de fin de año y mañana, por fin, toca salir a la carretera!
Tras una semana en ella, aún no he podido decidir si soy de los que aman esta ciudad o la odian. Si se leen otros blogs de mochileros, sin duda de peor calidad que este, todos matizan que esta ciudad se odia o se ama. Tras dos minutos de pararme a pensar delante del teclado, concluyo que odio a ciudad, amos sus rincones.
Me encantan sus callejones a ningún lado, sus puestos callejeros (alejados de las zonas turísticas) o algunos de sus parques. Desde luego odio su tráfico, su masificación turística (deberían hacérselo mirar en alguos templos…) , su contaminación y sus simpáticos estafadores.

Los tailandeses me caen bien, excepto cuando se ponen al volante. Ellos mismos autodenominan a Tailadia como «la tierra de las sonrisas», y no es que se pasen el días sonriendo, pero si tu es sonries y ellos te correspoden Pero son otros cuando se ponen al mando de cualquier vehículo motorizado, olvidan sus sonrisas, su modales y las reglas del juego; rojo prohibido pasar, pasos de cebra, las aceras con para los peatones… El otro día «sufrí» un conato de atropello. Iba caminando por la acera y de repente, un coche que se había medio subido a ella, me chocó y me estampó contra un puestecito de comida. Y ni pararse a ver qué había sido ese golpe.
Tráfico a parte, merece la pena parar en Bangkok algunos días, evitar las zonas más masificadas , alucinar con sus contrastes y visitar algunos de sus templos.



Y no puedo imer de aquí sin ensalzar su gastronomía y recomendar algunos sitios, pues se puede gozar de fantásticos platos taiandeses, a precios irrisorios y divertirte intentando entenderte con los encargados. La mejor calle para ir a comer es la que une la plaza de la Democracia con el Big Swing. Está llena de puestos que merece la pena probar, en especial uno que está junto al pequeño canal, del que me hice cliente asiduo. Aunque olvídate del inglés en esta pequeña zona, práctica tu primitivo tailandés.

Otro gran sitio está en la calle Samsen 4, justo al empezar la calle hay una pequeña escuela de cocina, simplemente genial. Además mientras esperas tus platos puedes entretenerte elucubrando sobre el sexo del camarero/a.
Y mañana partimos hacia Ayutthaya, antigua capital del reino de Siam y primera etapa de nuestro itinerario hacia el norte 🙂 Esto empieza ahora.
Feliz Año y feliz Odisea….. Aqui unoa envidiosos, ji ji
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me encantan tus gafas! me podría decir si son una falsificación de las que hablaba?
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