Santa Muerte

Santa Marta se ha convertido en nuestro centro neurálgico, aquí, en el norte de Colombia.  Nos ha recibido Lucas en su casa (y vaya casa), nos ha enseñado unos cuantos sitios y presentado a gente, convirtiendo nuestros días en, por lo menos, curiosos e interesantes.
La ciudad no tiene nada especial que visitar, pero es muy agradable de caminar; con casas bajas, un centro con encanto y a orillas del mar. La casa es un espectáculo y encima tiene una pequeña piscina y una licuadora (últimamente se ha convertido en el elemento más importante en cualquier casa. Los zumos, son necesarios…). Y además, es el sitio perfecto para visitar todos los lugares de interés del caribe colombiano.


Nuestra primera parada fue Bahía Concha, tras una agradable excursión llegamos a nuestra primera playa caribeña de verdad, la de Cartagena no contaba. Increíble agua transparente con la sierra de fondo (con los montes más altos de Colombia, más de 5.000 de altura).

Bahía Concha
Bahía Concha

En la vuelta, las chicas casi mueren. No sabemos si por insolación, quemadas o por la tortura de caminar bajo el sol con esta humedad. Sobrevivieron…
El día siguiente fue de lo más extraño. Nos levantamos bien pronto (nuestro cuerpo se levanta a las 6 de la mañana de manera automática) y nos fuimos a la Sierra Nevada. Es la formación montañosa litoral más alta del mundo, alcanzando los 5.775 m.s.n.m. No se sabe muy bien cómo se formó, pues en su interior es casi hueca. Fuimos a las cercanías de Minca, a caminar y bañarnos en el Pozo azul, dejándonos arrastrar por sus corrientes heladas y dejando que la cascada nos diese un buen masaje helado.

Pozo Azul, en Minca
Pozo Azul, en Minca

Una cerveza después (el tiempo debería medirse en cervezas ingeridas) visitamos una plantación de café enorme, en manos de un alemán muy interesante, que todavía utiliza maquinaría de hace más de cien años, único en Colombia. Y no eran ni las 13.00, todavía nos esperaban los momentos más extraños del día. Lucas nos llevó a casa de José Luis, un español afincado en Colombia desde hace más de 50 años. Rico, muy rico. Su casa de fin de semana es enorme, con criados, chófer, jardinero… y lleno de animales exóticos: flamencos, iguanas gigantes, tucanes… Pues estábamos listos para irnos a pasear en su yate.

Santa Marta Vice
Santa Marta Vice

Allí nos encontramos con lo que a mí me pareció un escenario clásico de película de Almodóvar. Toda la tarde me pareció vivir un sueño surrealistas, los temas de conversaciones, las opiniones, las órdenes a los criados, las risas pelotas a los chistes castizos del patrón… Dos viejas risueñas alabando al más rico, una señora como enfadada todo el rato, un señor gay (no podía ser que nadie se diese cuenta) con su hijo, que no dejaba de seguir silenciosamente a Elena… Intenté opinar en alguna conversación, pero no tenía sentido, así que me dediqué a beber, comer y bañarme. Y es que nos servían gambas, atún, tortilla de patata (estaba mejor la de Mariajo, que las suyas hechas por los esclavos), vinos carísimos, quesos, gintonics…

Mejor que una película de Almodovar
Mejor que una película de Almodovar
Saltando hacia el atardecer
Saltando hacia el atardecer

Acabamos bastante borrachos, y lo mejor, ¡de manera gratuita! Desde luego, no es mi compañía preferida y creo que varios merecen unos cuantos azotes por tratar así a otras personas. Digamos que fue una tarde muy curiosa, divertida y para aprender. Lo siguiente, varios días acampando en Tayrona.

El Sol como meteorito antes del apocalipsis
El Sol como meteorito antes del apocalipsis

3 comentarios en “Santa Muerte

  1. Anónimo

    Vaya, vaya … como «sufres» en el caribe colombiano,
    Cascadas heladas, y … con yate, gambas, gin tonics …. y todo.. !!!!!!
    Buena forma de acabar el periplo de la busqueda del Unicornio
    Nos vemos pronto…….. Manolo

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